Circunnavegación de Nueva Zelanda por James Cook con el HMB Endeavour
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La circunnavegación de Nueva Zelanda por James Cook con el HMB Endeavour fue la primera circunnavegación documentada de las dos grandes islas de Nueva Zelanda. Tuvo lugar durante el que fue el primero de los tres célebres viajes al océano Pacífico del marino y explorador inglés James Cook, entonces teniente de la Royal Navy al mando del HMB Endeavour. Este primer viaje, que comenzó en agosto de 1768 y finalizó en julio de 1771, es una de las grandes expediciones marítimas de la era moderna y fue organizada por la Royal Society y la Royal Navy con el apoyo de la corona británica.[4] La etapa de Nueva Zelanda y su circunnavegación duró casi 6 meses entre octubre de 1769 y marzo de 1770 y fue uno de los grandes hitos de esta expedición.[5]
El primer viaje de James Cook tenía como objetivos la observación del tránsito de Venus en la isla de Tahití y la búsqueda de pruebas de la existencia de un hipotético continente austral en el sur del océano Pacífico. El Endeavour partió de Plymouth, Inglaterra, el 25 de agosto de 1768 y llegó a la costa este de la Isla Norte de Nueva Zelanda entre el 8 y el 9 de octubre de 1769.[6] Fue el comienzo de la circunnavegación y exploración del litoral de las dos grandes islas neozelandesas que duró 176 días en los que se navegaron más de 3700 millas náuticas.[Nota 1] Cook llegó a Nueva Zelanda tras haber cumplido con el primer objetivo, la observación del tránsito de Venus en Tahití, y adentrarse en el Pacífico Sur en busca de un hipotético continente austral que no encontraron, en cuyo caso las instrucciones decían que se debía poner rumbo oeste hacia las coordenadas entonces conocidas de Nueva Zelanda y explorar su costa.[4] Tras dar con ella, Cook rodeó primero la Isla Norte explorando sus costas, se detuvo tres semanas para aprovisionarse para, a continuación, rodear la Isla Sur. Al terminar, decidió retornar a Inglaterra por la ruta de las Indias Orientales y el cabo de Buena Esperanza, partiendo el 31 de marzo de 1770 de Nueva Zelanda con rumbo oeste por aguas del mar de Tasmania. Su ruta les llevó a la costa este de lo que entonces se denominaba Nueva Holanda, la actual isla-continente de Australia, costa que fue la siguiente etapa de su viaje durante los siguientes cuatro meses y medio.[5]
La circunnavegación de Nueva Zelanda supuso una serie de logros muy significativos en el conocimiento de sus dos grandes islas en campos como la geografía, la astronomía, la botánica o la antropología, por nombrar solo algunos. James Cook, demostró que Nueva Zelanda se componía de dos grandes islas separadas por un estrecho que llevaría su nombre. Con la ayuda de sus oficiales y del astrónomo Charles Green, realizaron mapas y cartas náuticas de prácticamente todo el perfil costero de las dos islas, cartas de una calidad tal que durante mucho tiempo fueron las únicas cartas de navegación fiables de Nueva Zelanda.[5] Gran parte del éxito científico de la expedición se debió a la presencia a bordo del Endeavour de Joseph Banks, Daniel Solander, Herman Spöring y el dibujante Sydney Parkinson, los primeros naturalistas europeos en explorar aquellas tierras, que realizaron un excepcional trabajo de recolección, descripción, catalogación y representación gráfica de un cuantioso número de especímenes botánicos y zoológicos de las dos islas, muchos de ellos desconocidos hasta entonces para la ciencia europea.[8][9][10] Por todo ello, para Europa la expedición supuso el descubrimiento definitivo de Nueva Zelanda, y fue el desencadenante de su colonización a principios del siglo XIX.
El otro protagonista fue precisamente el pueblo maorí, los pobladores originales de Nueva Zelanda. La tradición maorí ha dejado algunas referencias de la visita del Endeavour de manera que es posible contemplar los acontecimientos sucedidos desde el punto de vista nativo.[11] Aunque la mayor parte de los contactos entre británicos y maoríes fueron más o menos amistosos hubo que lamentar varios encuentros desafortunados en los que hubo víctimas, siempre del lado maorí.[5] Los diarios de James Cook, Joseph Banks y de otros miembros de la tripulación, junto con las ilustraciones realizadas, son las primeras observaciones y descripciones escritas o gráficas válidas de este pueblo de las que tenemos constancia y constituyen una inestimable fuente de información antropológica sobre cómo era la sociedad maorí del siglo XVIII antes de la llegada de los europeos.[12] El viaje del Endeavour despertaría en las potencias europeas el interés colonizador por Nueva Zelanda y cambió para siempre el curso de la historia del pueblo maorí que, por un lado, tuvo que sufrir la ocupación de sus tierras, la importación de nuevas enfermedades y la disminución de su población,[13] y por otro, permitió al pueblo maorí adoptar conocimientos y recursos tecnológicos aportados por los colonos, como por ejemplo, la escritura que permitió transformar las hasta entonces lenguas orales maoríes en lenguajes también escritos.[12]