Edición pirata
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Una edición pirata (denominada también bootleg)[1] es una grabación de audio o vídeo de una actuación no publicada oficialmente por el artista o bajo otra autoridad legal. La realización y distribución de este tipo de grabaciones se conoce como contrabando —en inglés: bootlegging—. Las grabaciones pueden copiarse e intercambiarse entre aficionados sin contraprestación económica, pero algunos piratas han vendido grabaciones con ánimo de lucro, a veces añadiendo a la materia prima ingeniería de sonido y embalaje de calidad profesional. Los bootlegs suelen consistir en grabaciones de estudio inéditas, actuaciones en directo o entrevistas sin el control de calidad de los lanzamientos oficiales.[2]
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La práctica de publicar actuaciones no autorizadas se había establecido antes del siglo XX, pero alcanzó nueva popularidad con Great White Wonder de Bob Dylan, una recopilación de tomas falsas de estudio y maquetas publicada en 1969 utilizando plantas de prensado de baja prioridad. Al año siguiente, Live'r Than You'll Ever Be de los Rolling Stones, una grabación del público de un concierto de finales de 1969, recibió una crítica positiva en Rolling Stone. Los siguientes piratas se hicieron más sofisticados en cuanto al embalaje, sobre todo el sello Trademark of Quality con la portada de William Stout. Los piratas de discos compactos aparecieron por primera vez en la década de 1980. La distribución por internet se hizo cada vez más popular en la década de 1990.[3]
Los cambios tecnológicos han afectado a la grabación, distribución y rentabilidad de la industria del contrabando. Los derechos de autor de la música y el derecho a autorizar las grabaciones suelen residir en el artista, según varios tratados internacionales sobre derechos de autor. La grabación, el comercio y la venta de bootlegs sigue prosperando, incluso cuando los artistas y las discográficas lanzan alternativas oficiales.