Humo diésel
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El humo diésel es el resultado de la combustión del combustible diésel.
Contiene cientos de compuestos químicos emitidos en fase gaseosa o fase particulada. Los principales productos gaseosos son dióxido de carbono (CO2), oxígeno, nitrógeno y vapor de agua. También están presentes el monóxido de carbono (CO), el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno (NOx), los hidrocarburos y sus derivados. El benceno, el tolueno, el benzopireno y otros hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) también están presentes en la parte gaseosa.[1]
La característica principal de las emisiones diésel es que se producen partículas en una proporción 20 veces superior a la de los motores de gasolina.[1]
Las partículas están compuestas de carbono elemental (hollín), compuestos orgánicos absorbidos por el gasoil y el aceite lubricante, sulfatos del azufre del gasoil y trazas de componentes metálicos. La mayor parte de la materia particulada tiene entre 0,02 y 0,5 µm (un micrómetro es la milésima parte de un milímetro).[1]
Las partículas que tienen un diámetro menor a 10 micrómetros se denominan PM10.
Las partículas finas tienen un diámetro menor a 2,5 micrómetros y se denominan PM2.5.
Las partículas submicrométricas tienen un diámetro menor de 1 μm y se denominan PM1.
Las partículas ultrafinas tienen un diámetro menor de 0,1 μm y se denominan PM0.1.[1]
Las partículas más grandes son visibles como humo y caen relativamente pronto, mientras que las partículas más pequeñas pueden permanecer suspendidas en el aire largos períodos de tiempo y son las más dañinas para la salud porque pueden penetrar profundamente en los pulmones.
También contiene nanopartículas volátiles que en un 95% es aceite lubricante no quemado.[2]
Algunos problemas asociados con los gases de escape pueden ser mitigados con catalizadores y filtros de partículas.
La combustión de diésel contribuye al calentamiento global.