Paradoja del payaso triste
asociación entre la comedia y los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La paradoja del payaso triste es la asociación contradictoria en una representación escénica entre la comedia y los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.[1][2] Estos artistas cómicos se caracterizan por sentimientos de privación y aislamiento en sus primeras vidas, donde la comedia evoluciona como una liberación de la tensión, eliminando sentimientos de rabia física reprimida a través de su expresión verbal.[3]
Una serie de experimentos psicológicos publicados por primera vez en 1981 por el psicólogo Seymour Fisher indicaron ciertos rasgos de comportamiento exclusivos de este tipo de comediantes que no se encuentran habitualmente en el resto de actores.[4] Un trabajo posterior realizado por Kaufman y Kozbelt reinterpretó estos resultados, llegando a la conclusión de que si bien la comedia sirve como un mecanismo para ocultar los traumas, también puede motivar a un comediante a utilizar el humor como una forma de entablar relaciones y ganar aceptación.[5]
Se ha demostrado que el humor se desarrolla desde una edad temprana, fomentado por el comportamiento de los padres.[6] La naturaleza inmadura de un padre puede llevar a imponer responsabilidades adicionales a los niños, lo que puede generar problemas de autoestima y una necesidad de aceptación.[7] La búsqueda constante de aprobación puede causar problemas de salud mental como ansiedad o depresión y, si no se trata, puede conducir al suicidio en situaciones extremas.[8] La risa puede evolucionar como un medio de autoprotección, separando al individuo de cualquier adversidad a la que se enfrente, y permitiéndole sentir un cierto control sobre situaciones incómodas.[9]
La paradoja del payaso triste se caracteriza por un temperamento ciclotímico, que fomenta la creación de un ambiente de humor alegre en el entorno profesional, a pesar de su agitación interna.[10] El uso del humor como forma de automedicación proporciona breves períodos de satisfacción, teniendo que lidiar repetidamente con la agitación interior.[11] Existe una ansiedad siempre presente entre los comediantes de que su popularidad pueda desaparecer de hoy para mañana y, por lo tanto, que puedan ver cómo el motivo del éxito de su trabajo se agota.[11]